martes, noviembre 01, 2005

Las campanas de la Iglesia

"¡Cariño, no tan rápido! ¡Que esos son los cuartos!.- ¡Joder, ya no cojo el ritmo con las campanadas!". Una y otra noche se repite la historia para el joven matrimonio Toscani. De una forma inexplicable, mística, milagrosa sin duda, las campanas de la Parroquia de la Castidad irrumpen en el acto sexual de la pareja. ¿Será un freno para su lujuria? ¿Un aviso de los cielos? ¿Una señal de cuándo y cómo? ¿Un alegato contra el preservativo? Sea lo que fuere, resulta un toque de queda para el aparato del señor Toscani. Obediente, cual soldado de infantería, rompe filas y se retira a descansar. Este es el grave problema de la pareja que, desde hace cinco años, no se come un rosco. Les resulta absolutamente imposible hacerlo en el pueblo, porque, aunque lo intenten a la más impuntual de las horas (19 h 07 min 35 seg, por ejemplo) siempre suenan las campanas de la parroquia con un vigor inusitado y envidiado por el señor Toscani.
¿Pero cómo es posible que ocurra esto? La señora Toscani echa la culpa al párroco, un anciano de setenta y tres años, un poco descuidado, que suele absolver de sus pecados a la Sagrada Forma y consagrar la celdilla del confesionario, amén de utilizar sus pastillas de la garganta para la comunión y atiborrarse de pan ácimo cuando siente carraspeo. El anciano asegura, no sólo que no toca las campanas, sino que están estropeadas, pues cuando tira de la cuerda escucha un burbujeo y un gorgoteo nada armónico ni celestial. Explicación que no aclara el campaneo pero sí, afortunadamente, dicen las puritanas del pueblo, las largas y puntuales visitas del vicario al retrete de la iglesia. El señor Toscani, don Mario, divaga, sin embargo, por otras teorías. Últimamente ha tomado fuerza la conspiración política, pues, afirma que, como miembro del partido comunista, está siendo objeto de una persecución burda por parte de ciertos militantes del partido demócrata-cristiano, que hacen usos de sus contactos para hacerle la vida imposible.
CONTINUARÁ

1 comentario:

Trípode dijo...

Toda buena historia tiene que tener su comentario tipo spam.
De todas formas me siento feliz porqueya no tendré que espaerar más mi Safelist Submitter. Una nueva etapa se abre en mi vida y mis anuncios, si alguna vez lospongo, serán explosivos.