Ya se sabe y para qué contarlo. Cuando me comporto negativamente es porque hubo circunstancias insuperables que me llevaron a ello, descontando claro cuando fue por meras cuestiones genéticas o propia enfermedad. ¡Si es que la sociedad y la biología se unen en mi contra!
Pero ojito, no nos confundamos que mis méritos son todos míos, debidos a mí, a mi conciencia, a mi trabajo, a mí capacidad para elegir libremente lo bueno. ¡Soy una máquina!
Después de todo, todo vale. Todo vale nada aunque un día lo valiera todo.
viernes, enero 14, 2005
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